martes, 20 de octubre de 2009

Prudente y agradecido.

“Cuando mis hermanos y yo salimos de casa, mi madre se quedo sin a quién alimentar, adopto a cuatro gatitos abandonados, empezó a alimentarlos y llego el momento en que puntuales iban para pedir comida. Después de un tiempo, los gatos asistidos se volvieron una carga, llamaron a mi hermano para que se deshiciera de ellos, los capturo con una trampa y fue a tirarlos al basurero. Solo quedo uno, quién junto con la perrita que hay en casa va y toca a la recámara de mis padres. Mi padre no los oye, pero mi madre tal vez por remordimiento de conciencia se levanta y los alimenta. El gato es prudente y agradecido, solo pide una vez al día.”

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