jueves, 8 de octubre de 2009

El hombre de al lado.

Una enfermedad me separo de actividades normales, tuve que pasar encamado 2 semanas. A mi lado estaba un paciente con el cual compartí mi tiempo, el tenía su cama junto a la ventana y como charla cotidiana me describía lo que sucedía a través de ella. Yo solo podía imaginarlo, era fácil ya que charlaba de forma grandiosa. Dos días antes de darme de alta él amaneció sin vida, tenía una enfermedad terminal y afortunadamente los médicos dijeron que murió sin dolor. Cuando por fin pude levantarme, fui hacia la ventana, vi que no existía ningún panorama, solo un terreno baldío con escombro y matorrales secos. Era ciego, pero no fue limitante para hacerme ameno mi estancia en el hospital.

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