De niños queremos saber el porqué de las cosas, es una etapa de la niñez. Nuestros padres cuan éramos pequeños nos explicaban cada detalle, el porqué se hace de día y de noche, el porqué ladra el perro y el gato maulla, el porqué los pájaros vuelan y las vacas no. Pasada esa etapa, nos piden razonemos nuestras dudas y busquemos una respuesta a ellas. Hoy siendo adultos, generamos un burda “habilidad” de encontrar respuesta a todo. Sabemos más que el doctor, sabemos más que el especialista, sabemos más que nuestros superiores, sabemos más que los que han vivido la experiencia y a la cual nosotros solo hemos oído comentarios. Somos buenos para aprender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario