“Si en la raya nos habremos de quedar, en la raya nos quedamos” Palabras del joven boxeador que dio como respuesta a su padre cuando le pidió dejar profesión tan peligrosa. “Mi hijo corría a recibirme cuando llegaba de trabajar para atenderme, me daba masajes en mis pies para ayudarme a descansar” Recuerda su madre. Su padre ama la locución, el sentía lo mismo por el box. Murió amando lo que quería, su amor tenía un riesgo latente, muchos de nosotros amamos nuestras profesiones sin riesgo y no morimos por ella. ¿Qué nos detiene para entregarnos a cada instantes de nuestras vidas al 100%? Adopto tus palabras Marco. ¡Si en la raya habremos de quedar…!
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