lunes, 2 de agosto de 2010

México insatisfecho.

Un día, indignados por los abusos de poder de un político y el fuero que lo protege. Quisiéramos tomar la “justicia” en nuestras manos y hacerlo pagar (como sea) por sus delitos. Otro día estamos indignados por su desaparición y humillaciones que sufre mediante fotos y videos en internet, tanto que decimos era el mejor político que había, polémico pero bueno. Nos indignamos por la “Ley Arizona” y su tinte racista. Pero si un jugador sudamericano se naturaliza mexicano y quiera jugar en la Selección de Futbol, sentimos perder nuestra “soberanía”. Y cuando vemos un indígena “bajar” de la sierra, nuestro adolescente lo llama pata-rajada y somos incapaces de corregirlo. Somos un México que no está satisfecho con nada.

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