No puedes entender si no lo has vivido. Pudiste haberlo escuchado, pudiste haberlo leído, pero si no lo viviste no puedes entender mucho menos compartirlo. No puedes saber lo que es el dolor de una pérdida sino la has tenido, no espero la tengas para que lo entiendas, pero espero cuando menos no vengas a decirme: “Comparto tu dolor”, no espero intentes hacerme sentir bien poniendo una hierro ardiente en la herida con las palabras: “Lo superaras”. Cuándo en el caso de perder a un hijo ni si quiera la palabra “imaginar” entra como alternativa. ¡No, mentiras no!
En el año 2010 son 200 los ejecutados en el Estado de Nayarit.
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