Te llevaré a conocer mi pueblo, su río, el tren, pista de aterrizaje, la zona militar, probar un rico tejuino y en la noche ir a la plaza a ver muchachas. Esperaba fuera el discurso de mi amigo cuando me invito a su casa en su natal pueblito cuyo nombre no puedo recordar. No fue así, su orgullo y atractivo turístico fue mostrarme casonas y darme nombres de las familias que allí vivían. No pasaba de ser nada extraordinario sino pero me dijo: “allí vivían los narcos del pueblo y estudie con uno de sus hijos en la secundaria”. Hoy regrese de un viaje a ese pueblo, mi guía radica en otro estado y las casonas, lucen vacías.
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